A la edad de 18 años, Heberto Alvarado era un joven que llevaba una vida ordinaria. Sin saber que el destino le sorprendería la madrugada del 15 de septiembre de 2000, se vio envuelto en una pelea que le entregó un mensaje a tiempo y cambió su vida para siempre. Un “bendito botellazo”, como incansablemente le decían los doctores que consultaba, ya que esto revelaría un hallazgo fortuito y oportuno: la existencia de un tumor en la hipófisis.

El trágico pero divino evento cambió su vida drásticamente; tuvo que nacer una nueva persona en él para enfrentar esa nueva realidad. La vida que conocía siguió su curso sin él a bordo.

Con un anhelo ardiente por su sanación sin intervención quirúrgica, visitó su primer Avatar,  momento angular que detonó su legado literario con “Fe y Victoria”. En este relato, nos cuenta la imploración que realizó con toda su fe para que su enfermedad fuera curada con una pastilla. Su historia se desarrolla en 3 ciudades, donde la opinión recurrente de numerosos doctores insistía en una doble cirugía. Decidió persistir y, en medio de numerosas disyuntivas entre la fe y el rendirse, llegó a la Ciudad de México. Allí se encontró con su ángel terrenal llamado Blas, vestido con pantalones kaki y camisa a cuadros. Blas se convirtió en el deseo que Heberto había anhelado en sus plegarias, un eminente y humano neurocirujano que le dijo que “su padecimiento podía ser tratado con una pastilla, sin necesidad de una operación”. Con fe y disciplina, comenzó a experimentar una mejora significativa en su condición, permitiéndole reincorporarse a una vida normal.

Sin embargo, el desafío no terminó ahí. En el 2021, 21 años después, al acudir a un chequeo anual rutinario con su doctor local, este le alarmaría con un diagnóstico desfavorable por primera vez en tantos años. Resistiendo a una realidad donde la opción de una cirugía era inexistente y donde él estaba cobijado por este poder superior. Durante una noche triste, su esposa lo sorprendió al descubrir un milagro en sus resultados médicos. Con lágrimas de alivio, Heberto no daba cabida a lo que había recibido, considerándose afortunado por el regalo mayor que había venido pidiendo durante todos estos años de perseverancia.

La fe se convirtió en su mayor aliada cuando un deseo, que parecía inalcanzable, finalmente se cumplió de una manera que solo podía describirse como un milagro. La historia de Heberto culmina de una manera asombrosa. No solo resurge de sus desafíos, sino que también completa la escritura de cinco libros más en 2023, comenzando así su promesa de ser el emisario de su mensaje de fe e inspiración.

Su historia es una mezcla de momentos decisivos, miedo y victoria, un espíritu inquebrantable. A través de una odisea de lucha, sanación y mucha fe, Heberto Alvarado emerge como un testimonio viviente de la fuerza del espíritu y la esperanza que trasciende la adversidad. La vida de Heberto es una prueba viviente de que todos tenemos un llamado en la vida, y él comparte el suyo con el mundo. Nos recuerda que los milagros existen, pero hace falta quien crea en ellos.

Heberto nos enseña que incluso cuando te enfrentas a enfermedades o desafíos que parecen insuperables, la fe puede ser la brújula que te guía hacia la recompensa. En lugar de rendirte, considera que tu decisión de luchar puede ser el milagro que estabas esperando.

La fe te será recompensada. La historia de Heberto Alvarado es la prueba viva de que, incluso en medio de la adversidad, puedes emerger AFORTUNADO.